Por más que lo intento no consigo ponerme en la piel de estas personas que dejan todo atrás, su familia, sus amigos, su país, con la única idea de conseguir un futuro mejor en una tierra extraña.
Me parece de una fuerza increible que se suban a una patera e intenten, en una lancha neumática, cruzar el mediterráneo en busca de una nueva fortuna. Aunque valoro esto, no valoro que se haga de forma ilegal.
Desde el departamento de Inmigración, deberían poner cartas en el asunto, ya que es la segunda vez en menos de una semana que ocurre esto. No se puede permitir que personas que buscan un futuro mejor pierdan su vida tragados por el agua que se supone debe conducirlos a un futuro mejor.
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